Hace unas semanas participé en un proyecto de diseño de una intranet. Se tuvo que plantear, entre otras cosas, un sistema de navegación para moverse cómodamente entre varios elementos de un mismo nivel de la estructura de información. La particularidad era que el número de elementos variaba en función del usuario de la intranet que hubiera accedido.
¿Qué hacer en este escenario? ¿Qué debemos pedir al cliente?
Una aproximación totalmente absurda sería pensar sólo en el caso mejor: pediríamos al cliente cuál es el número mínimo de elementos (sólo uno, de hecho) y diseñaríamos ignorando el resto de casos. No creo que sea necesario justificar el porqué esto es una estupidez (aunque la realidad sea que uno a veces se encuentra diseños planteados así).
Otra opción que puede parecer más razonable es solicitar al cliente cuál es el caso peor, el número máximo de elementos que la navegación debe “aguantar”, y diseñar algo acorde a ello. En el proyecto que nos ocupa ese máximo era el medio millar. Esta alternativa es mejor que la anterior, pero sigue siendo una aproximación estúpida: el caso peor puede darse en muy pocas circunstancias y aunque debe ser considerado no podemos focalizar toda la interfaz a satisfacerlo ignorando el resto.
Una tercera opción es solicitar al cliente dos números: el caso peor y el promedio (media aritmética). Así podríamos intentar diseñar una interfaz focalizada en lo más habitual y hacer las variaciones necesarias para soportar el caso peor. El problema es que este argumento tiene un fallo importante: un promedio no necesariamente será un caso habitual. De hecho en el proyecto el promedio era de 5 elementos, pero esto sólo representaba un 2% del total de usuarios
La cuarta opción es mi recomendación: pedir toda la información que sea posible. Siempre. Queremos el detalle de cuántos elementos tendrá cada uno de los usuarios. ¿Y qué hacemos con todos estos datos? Pues para empezar representarlos visualmente:
La representación visual nos da una idea clara de la distribución de los usuarios por número de elementos. Vemos que lo más habitual (la moda, en términos estadísticos), con diferencia, es tener un único elemento y que la larga cola es larga pero fina.
Esto nos puede llevar a plantear un diseño de una navegación con las siguientes variaciones:
- Para la gran mayoría de casos (un 70% concretamente) no necesitamos navegación alguna. Simplemente debemos mostrar el elemento.
- Para algunos otros casos (un 20%) podemos proporcionar una navegación sencilla de un máximo de 10 elementos.
- Para el resto (un 10%) proporcionaremos una navegación especial, pero sin rompernos demasiado la cabeza: un sistema de búsqueda y los elementos consultados recientemente fue suficiente para el proyecto.
Para este análisis estamos suponiendo que todos los usuarios tienen la misma importancia. A veces puede no ser así.