Actualización: Desde que escribí esta entrada se han hecho cambios que afectan a mi opinión sobre este servicio: Google ya no requiere la utilización de tu nombre real ni la vinculación obligatoria con una cuenta de Google+.
Cada vez es más habitual que algunos de mis clientes utilicen Google+ Hangouts para su mensajería instantánea y videoconferencia.
Y siempre hay un silencio incómodo cuando yo les digo, tímidamente, que no quiero utilizar Google+ Hangouts.
No tengo nada especial en contra Google. Al menos nada que no tenga contra otras muchas empresas. Tengo un teléfono Android, una cuenta de Gmail y miro vídeos de gatos en Youtube. Y cada vez me importa menos que Google sea una empresa que eluda el pago de impuestos en España, que abuse de su posición dominante para entrar en otros sectores, que lógicamente acate las peticiones de censura de los gobiernos de turno o que contribuya a nuestro humano sesgo de confirmación de forma artificial. Todo esto es lo mismo que hace Microsoft, Apple o Amazon. Son problemas importantes, pero no son mi preocupación principal.
Lo que me molesta es que el precio a pagar por usar un servicio aparentemente gratuito sea nuestra privacidad.
Puede parecer anecdótico, pero Google+ Hangouts guarda todas las conversaciones textuales que hacemos a no ser que indiquemos lo contrario. Esto significa que aunque a nosotros no nos interese guardar una conversación, puede que nuestro interlocutor sí lo esté haciendo. Esta información se guarda con su perfil de Google y ayuda a la empresa a seguir definiendo una identidad digital para esa persona.
Nada impide técnicamente, obviamente, que Google haga lo propio en un futuro con las conversaciones de voz.
Pero esto es sólo la punta del iceberg. Quien quiera unirse a una reunión con Google+ Hangouts debe tener una cuenta de Google+. Vamos, que el asistente acaba:
- Con una cuenta de correo electrónico de Google (Gmail)
Dado de alta en una red social generalista como Google+(ya no),donde es requisito utilizar el nombre real(ya no)y donde el perfil obligatoriamente es público.- Aceptando unos términos y condiciones que, entre otras cosas, dan el consentimiento a la empresa a utilizar datos personales explícitos (datos introducidos) e implícitos (datos recogidos como la posición geográfica, historial de búsquedas, etc.) para ofrecer resultados de búsqueda relevantes y publicidad personalizada.
Yo he pasado por todo esto. He hecho reuniones vía Google+ Hangouts. He creado perfiles falsos en Google+. Pero el tema está en que no quiero volver a hacerlo. Me molesta. Me indigna vender mi privacidad para algo tan mundano como una videoconferencia. Pero este mi problema, mi decisión. Lo verdaderamente grave es contribuir a que otras personas se sientan prácticamente obligadas a hacer lo mismo en un entorno donde es tan complicado decir “no” como es el profesional.
Y me encantaría acabar ofreciendo la solución, esa perfecta alternativa a Google+ Hangouts de protocolo abierto, descentralizada, libre, extendida y útil.
Pero si existe no la conozco.
¿Pero implica eso no hacer nada? Existen opciones cojas pero que, al menos, no obligan a los participantes de la reunión a registrarse en ningún sitio. Todos conoceréis cuáles son.