La señora

La señora, de unos 65 años, se nota que casi nunca ha utilizado un ratón. Lo desplaza lentamente y me pregunta a qué botón debe darle para pulsar. Mis prejuicios entran en juego y asumo que no es usuaria habitual de Internet. “Lo uso”, me dice, “pero en casa tengo un tablet”. Añade, sin que venga a cuento, “me encanta el Candy Crush”.

La señora quizás no es representativa de su perfil demográfico. Puede que se trate de un outlier, una observación atípica, un chiste del azar que quiere joder nuestra estadística; pero nos recuerda algo importante que usualmente olvidamos: usuario es “el que usa”, no “el que es”. En el fondo no nos importa el usuario en sí. Me refiero a si tiene 80 años o 20. Si es moreno o rubio. Si es de Barcelona o Madrid. No queremos saber quién es, sólo averiguar cómo se comporta, qué necesidades tiene y qué objetivos persigue.

Al finalizar la sesión de test, la señora me comenta que tiene un hijo que mide unos dos metros, como yo. Acto seguido me pregunta si juego a baloncesto.

La señora parte de una correlación entre características físicas y aficiones, pero no asume nada, no lo usa como atajo al conocimiento, pregunta y confirma para no caer en un mero estereotipo.

Publicado por

Dani Armengol

Consultor independiente de arquitectura de información